En Bici Zen, el periodista Juan Carlos Kreimer establece, a través de una investigación que se remonta a los orígenes del ciclismo, una interesante relación entre el estado de conciencia que genera andar en bicicleta y la profundidad de la meditación zen. “Si alguna vez, al subir a la bici y empezar a pedalear, tuviste la sensación de que tus actos ocurrían independientemente de tu voluntad y de que cuanto venías pensando se ponía en pausa, no necesito explicarte a qué me refiero. El zen lo llama presencia plena”, señala Kreimer en la introducción del libro, recién publicado por Planeta. “Muchas veces que salía en bicicleta sólo `por andar`, sin ningún destino prefijado, tenía `momentos en blanco` –como dice Roger Federer–, o Estados Alfa, como los llama Daniel Goleman en Inteligencia Emocional”, cuenta el periodista, escritor y editor, fundador de la revista Uno Mismo. Aunque es una expresión con origen en el automovilismo, a Kreimer le gusta decir que la bici “te baja un cambio. Y ahí, a menos revoluciones por segundo, todo se ve diferente. Se aprecia la realidad de otra manera porque la que observa es más tu propia naturaleza”.
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