27/5/11

Carta de un amigo titiritero de Zaragoza


La comparto porque Pablo hace un hermoso relato sobre la bicicleta en Zaragoza y sé que ha  participado de movidas como esta!



¡Hola, Viole!
Pues hace unos días que iba a escribirte, pero varias cosas han ocurrido para que no lo haga hasta ahora. Ayer terminé con la campaña para escuelas infantiles que empezamos en el teatro hace más de dos meses; hoy tenía un día sin actividad definida hasta las 7 de la tarde que me tengo que ir a Madrid a trabajar el fin de semana; hace una semana apareció un aviso en la escalera diciendo que justamente hoy tenía que haber alguien en casa por la mañana para la revisión de la instalación del gas (claro, el único “alguien” de la casa soy yo); y además hoy ¡es tu cumpleaños!
 ¡FELIZ CUMPLEAÑOS! - ¡URTEBETETZE ON!
 Así que te escribo por la mañana, para que puedas leer mi felicitación al principio del día. Mientras escribía esto ha llegado el del gas, así que ya me puedo ir de casa. Pero bueno, ya tenía planificado quedarme hasta las 12, así que sigo.
Me llegó tu múltiple invitación. Lamento muchísimo no poder acudir a ninguna de las tres citas. Juro que si estuviera por allí iría a las tres. ¡Qué rico! Un fin de semana de fiesta en Buenos Aires… En fin, lo que no puede ser, no puede ser. Te deseo que pases un fin de semana precioso, transmite a tu familia mi pesar por no poder visitarles y pedalea el domingo por un mundo más razonable. Ya no busco la utopía, busco la razón y acabo con el convencimiento de que en realidad es lo mismo: Hoy en día en este mundo la razón también es utópica.
El boom de la bicicleta en Zaragoza está siendo espectacular. Yo sigo con la misma que con la que empecé, una de carretera que me compré en el año 89 por 25000 pesetas. Era buena, y lo ha demostrado hasta ahora. Nunca me la han robado, y en eso he tenido suerte. En realidad la mayoría de las piezas las he ido cambiando, de la bicicleta original queda el cuadro, platos y piñones y poca cosa más. Me acuerdo cuando empecé a moverme en bici por Zaragoza. Se ponía de moda entonces el puenting y yo pensaba que para qué tanta matraca con los deportes de riesgo: No conocía yo entonces ninguno de tanto riesgo como la bicicleta por ciudad. El respeto de los conductores era entre mínimo e inexistente. Ibas a golpes e insultos todo el día: te insultaban e insultabas; invadían tu carril y golpeabas el auto con el puño. Lo más seguro era ir más rápido que los autos, así que pedaleaba como un poseso por la ciudad y llegaba en seguida a todas partes. En los últimos años el gobierno municipal ha apostado por la bicicleta y el resultado es palpable. Se han construido muchos carriles bici en las calles, hay un servicio de préstamo con 100 estaciones por toda la ciudad (como de costumbre en mi barrio no han puesto ninguna), aparcamientos para bicicletas… Pero lo realmente importante es el cambio de mentalidad de los conductores. Sigue habiendo energúmenos, por supuesto, pero la gran mayoría ahora te respeta. No pitan, van pacientemente detrás de la bicicleta a la marcha de ésta, no insultan ni arrinconan. Y  en el mismo trayecto en el que hace 10 años me encontraba una o dos personas en bicicleta ayer conté 38. Se ven por todas partes, a todas horas, en todos los cruces. No sabes cómo me alegra.

9/5/11

Buenos Aires - La Plata


La Expedición (o dónde tengo la cabeza ahora)

http://oficiodeblasfemar.blogspot.com/2011/03/la-expedicion-o-donde-tengo-la-cabeza.html

La Expedición es un viaje largo de Buenos Aires a La Plata, en unas bicis raras, en torno al camino del tren y guiados por el deseo de encontrarse con otros, intercambiar, sorprenderse, transformarse. Es una exposición ambulante, una construcción colectiva, es una obra hecha de muchas obras; una experiencia dehabilitación. Como apuesta de un arte relacional, ya empezó: en cada diálogo para sumar a otros, gestionar las paradas, producir deseos, propiciar encuentros. Por otra parte, La Expedición es, en buena medida, el relato de esa travesía. O sus relatos, en plural, con voces múltiples.
-Dando un curso sobre arte contemporáneo en La Plata -dice Roger, uno de los "habilitadores"- me di cuenta de que existe un buen número de artistas y colectivos que prefieren permanecer en el lugar donde viven y actúan, en vez de venir a la capital a vender su trabajo. A venderse. Me dio la impresión de que existen más colectivos, o más pensamiento artístico en términos colectivos, en La Plata que en Buenos Aires. Pero no los conozco todos. Tampoco conozco a los artistas y colectivos que trabajan en las localidades intermedias.  Y así surgió la pregunta, ¿y si la expedición sirviera para salir al encuentro de esos artistas? ¿No estamos nosotros en una especie de interior, en una especie de centro, por más descentrado que esté Buenos Aires? ¿Por qué no salir de ahí y hacer un esfuerzo por ver lo que otros están haciendo?-. Esa fue la idea inicial.

NUESTRA PROPUESTA

Este era un espacio para reunir información y opiniones sobre los ciclistas de la ciudad. Buscaba promover el uso de la bicicleta y el respeto a los ciclistas. El objetivo era construir una ciudad sin caos en el tránsito, sin humo, sin sedentarismo. La bici puede ser el mejor transporte cotidiano.
Como mucho no avanzó, se convirtió en mi bitácora de opiniones y experiencias, con un estilo muy catárquico.

BICIS